el metal es duro

Somos pájaros podridos que no pueden volar
en estos días tristes y confusos.
La vida se complica y  despertamos
entre las hierbas de un nido extraño, ajeno.
Somos aves en conserva, caducadas,
que no podemos cantar.
Las plumas mojadas se quedaron en ayer,
en el antes del ayer,
en un charco sucio de la carretera,
adheridas a una llanta,
a las pupilas de un gato hambriento.
Nuestra desnuda piel, nuestro desnudo corazón,
reflejados en el metal sin hacerle mella
mientras la lluvia, esa lluvia, la lluvia de siempre
cae sobre la frente expuesta.
El olor de aceite quemada
viaja entre las torres cárnicas de luz
y la música ,llorando, dobla las esquinas,
espinas en un cielo gris cobre.
Los pájaros y la lluvia, nuestra lluvia, siempre lluvia
intenta desgastar el metal.
No lo consigue.

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