el silencio de mi tierra

   El tiempo que pasó es lluvia que se evapora con el sol. Mi autoexilio se vuelve pegajoso con el paso del tiempo y mi piel, ahíta de tierras lejanas, ajenas, clama por regresar al pueblo de mis mayores, donde encuentra la paz. El silencio de mi tierra es distinto a todos los demás silencios. La luz y los colores. Los sabores. Tanta necesidad de alejamiento ofuscado por el tirón de la sangre. Y no puedo cambiar. Un puente imposible de construir entre mi corazón y mi cabeza. Todavía no tengo los materiales. 
  Tan lejos. 
  Tan necesario. 
  Tan solo... sueños.

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