mhiel

Días con nombre de mujer,
húmedos,
fatales,
de risas y desgarros.
Mi pie
acariciándote,
mi nariz sabuesa
en tus pliegues busca
el olor amargo
del deseo.
Sin querer.
Arremolinándose
con el agua
y el champú de huevo.
Desapareciendo,
volviéndolo a beber
para no perder nunca
el sabor a mhiel
de tu piel,
mujer.

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