las horas en el cenicero

Rojo sobre rojo,
luz.
Una habitación
en una calle
de otra ciudad cualquiera
Recuerdos.
Solo yo recuerdo recuerdos.
Azul, como las amapolas, azul
que, con tijeras de plata, se recortan en la noche.
Una noche de pieles y jadeos, de sudores,
de pensamientos,
pensamientos
que se sonrojan como tu pelo.
Y te miro.
¡Veo, veo!
¿Qué ves?
Un pelicano cano,
volando
sobre un charco inmenso.
Un roto en un pantalón gastado.
Un tiempo, enfermo, goteando
tuc, tuc, tuc
en una calle estrecha iluminada por la habitación
de una mujer en celo.
Y me pierdo en ti y en la noche
y me despierto en ti.
Mis manos en tus pechos,
las horas en el cenicero.
Te susurro al oído si vendrás
más, más, más
jadeos y... yo solo...
¿Veo, veo?
¿Qué ves?
Una cabellera roja en una cama sucia.
Un futuro incierto.
Un sentir de fuego.
Y miedo,
mucho miedo.

Comentarios

Entradas populares